La gente se pisa una a otra, sin remordimientos, sólo sembrando rencor y separatismo, se resignan a seguir en la cómoda ignorancia y en la idea de que ningún cambio es posible.
Siendo así la supervivencia propia y el devenir de los días, lo único que ocupa su mente.
Llenan su tiempo en el consumismo implantado por la burguesía, un entretenimiento para distraer a las masas de la injusticia y las diferencias sociales.
Pero luchar es mejor que quedarse parado esperando a que alguien luche tu propia batalla.
Y las batallas, no pueden ganarse sin personas, soldados que entreguen su corazón y su alma para la causa.
¿Nadie se ofrece voluntario?
Pocos tienen los huevos de salir a la calle, a reclamar por los derechos que día a día nos arrebatan mientras intentan eliminar cualquier raíz a la revolución, suprimiendo cualquier esperanza con prohibiciones ridículas para que tengamos miedo hasta de pensar.
No somos títeres, no debemos dejar que nos controlen.
El poder que poseen es un mero simbolismo, unos frágiles papeles con los que someten a su antojo, para mantener un sistema de clases organizado bajo el yugo de un Estado capitalista.
Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos. ( Karl Marx )
No somos títeres, no debemos dejar que nos controlen.
El poder que poseen es un mero simbolismo, unos frágiles papeles con los que someten a su antojo, para mantener un sistema de clases organizado bajo el yugo de un Estado capitalista.
Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos. ( Karl Marx )